No todos los hilos tensores son iguales por lo que la elección de unos u otros corresponde al médico, que tendrá en cuenta la edad de la persona, la fisonomía, el estado de la piel y el grado de flacidez. Por eso es importante que sea un médico formado en esta técnica el que realice este tratamiento. A pesar de ser de sentido común, no siempre ocurre.
Desde la aplicación de los hilos tensores podemos ver el cambio pero, como nuestro organismo tiene que crear nuevo colágeno y fibroblastos, el efecto definitivo se observa al cabo de aproximadamente tres o cuatro semanas, mejorando continuamente hasta alcanzar los tres meses.