En nuestro Centro de Fisioterapia trabajamos con dos tipos de radiofrecuencia, la capacitiva y la resistiva. De esta forma podemos trabajar en el modo capacitivo los tejidos más ricos en agua, como son la piel y los músculos más superficiales y en el modo resistivo aquellos tejidos que más resistencia ejercen debido a su menor contenido de agua como son los cartílagos, tendones, huesos y músculos a nivel más profundo.
Con la radiofrecuencia conseguimos el calentamiento de los tejidos desde el interior al exterior y no al revés como sucede con otros tipos de aplicación térmica como las lámparas de rayos infrarrojos o los ultrasonidos.
A través de la diatermia conseguimos el incremento del riego sanguíneo en profundidad, la expulsión de catabolitos tóxicos y el incremento de la oxigenación celular, lo que se traduce en tres principales efectos biológicos sobre los tejidos:
BIOESTIMULACIÓN: Incrementa el metabolismo celular, activa la circulación de la matriz extracelular, estimula la creación de colágeno y elastina.
MICROCIRCULACIÓN: Incrementa el flujo sanguíneo, mejora la vasodilatación, la oxigenación celular y tisular, el drenaje de desechos y el metabolismo.
HIPERACTIVACIÓN: Incrementa el metabolismo, el drenaje de sustancias nocivas y productos catabólicos, activa la degradación de las grasas.
Gracias a la producción de esta diatermia conseguimos aliviar el dolor y a la vez combatir el origen del mismo además de una acción sedante y relajante muscular que consigue eliminar las contracturas.